La ciudad de Almendralejo se
configuró al margen de la Ruta de la Plata, extendiéndose en la actualidad,
al oeste
de la vía férrea Mérida-Sevilla y de la Autovía de la Plata. Aunque su
tradición agrícola se remonta a tiempos remotos, su existencia como núcleo
poblacional no esta referenciada hasta el año 1327, al serle concedida a Mérida una serie de privilegios sobre territorios que
hoy ocupa la actual población. La zona
es rica en hallazgos arqueológicos, que acreditan la existencia de pequeños
núcleos agrícolas desde tempos prehistóricos, habiéndose encontrado abundantes restos de villas romanas.
Después de
la Reconquista llegaron pobladores desde el reino de León, auspiciados por la
Orden de Santiago,
suponiéndose que en ese momento tiene lugar la definitiva creación de esta
población,
alrededor de su iglesia parroquial y de la Encomienda de la Orden. Parecer ser, que
el suelo se encontraba abundantemente poblado de almendros, dando lugar esta circunstancia al
nombre otorgado a la ciudad.
Después de su dependencia de Mérida, pasó
a pertenecer, tras determinados acontecimientos, a la ciudad de Sevilla en
1573, junto a una serie de
territorios al sudoeste de la provincia de Badajoz. Hasta el año 1665 no consigue
tener su propia identidad, cuando obtuvo la categoría de "villa realenga”,
regida por un Señorío, pasando a depender del Prior de San Marcos. Aunque
una de sus características primordiales, era no haber sido jamás un enclave militar
de carácter estratégico, Almendralejo sufrió las graves consecuencias de
las
guerras con Portugal y posteriormente, las de la Guerra de Independencia.
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Su carácter agrícola se debe a sus ricas tierras cerealistas, que
posteriormente pasaron a alternarse con cultivos de viñas y olivares,
que poco a poco fueron dándole un protagonismo en el mundo del vino y del
aceite. Adquirió el título de Ciudad por medio de un Real Decreto de la
reina
Isabel II en el año 1851. A partir de esa fecha Almendralejo
progresó de forma
continuada, apoyándose en en el trabajo de sus gentes, la fertilidad de
sus tierras y en un clima excepcional, propiciando la aparición de una importantísima industria del tratamiento
y elaboración de los productos de su
tierra. Almendralejo es también la ciudad del Romanticismo, lo que no solo
se observa en sus monumentos, sino también en su historia, plagada de hombres
y mujeres de letras, de plumas insignes, como las de la poetisa Carolina Coronado
y Alecrim de Tejada y la del revolucionario José de Espronceda, autor de la conocida Canción
del Pirata y del Estudiante de Salamanca.
Proliferaran bodegas y almazaras, creándose así una riqueza adicional
que permitió su desarrollo y crecimiento, dando lugar a una de las mas
importantes ciudades de Extremadura, con mas de 30.000 habitantes y unas
dotaciones y servicios que la convirtieron en una de las primeras
productoras de vinos de España, elevándola a la titularidad de Ciudad Internacional del Vino. |