BATALLA DE GÉVORA

La  posición estratégica de la fortaleza de Badajoz, ha ocasionado frecuentes enfrentamientos armados, relacionados tanto con la posesión de la plaza, cómo con el control de la zona para el abastecimiento y paso de los diferentes ejércitos que operaban en la península, durantes las múltiples enfrentamientos celebrados a lo largo de la historia. Esta batalla, que tuvo lugar a las puertas de su fortificación abaluartada, fue uno de los ejemplos más significativos.

Algunos historiadores la citan como batalla de Santa Engracia, ya que transcurrió en parte en unas alturas situadas entre el fuerte de San Cristóbal y el río Gévora.

Como antecedente de la misma, cabe destacar que el mariscal Soult había puesto cerco a Badajoz, cuya conquista era imprescindible para proteger la retaguardia francesa y continuar atacando desde Torres Vedras, la capital de Portugal. En auxilio de Badajoz y con el fin de evitar la pérdida de la plaza, el Duque de Wellington encargó al Marqués de la Romana (Capitán GeneralPedro Caro y Surera) el mando de una fuerza 8.000 infantes españoles y 1.200 hombres de la caballería portuguesa, para que con instrucciones precisas contribuyeran a la ruptura del cerco de Badajoz.

Unos días después de este acuerdo fallece repentinamente D. Pedro Caro, asignándose la responsabilidad de la operación al Marqués de Mendizábal, que rompiendo el cerco de la ciudad se estableció en las alturas de Santa Engracia, al amparo del fuerte de San Cristóbal y la confluencia del río Gévora con el Guadiana. Sin embargo no adoptó las precauciones necesarias, ni siguió las instrucciones de Wellington.

Soult sorprendido por el atrevido movimiento de estas fuerzas y preocupado por el éxito de su misión, observó minuciosamente el comportamiento de este cuerpo de ejército acampado en las inmediaciones de Badajoz. Primero bombardeó intensamente el campamento de Mendizábal, que hubo de retirarse de las cercanías del fuerte y evitar ser blanco de artillería francesa.

En estas condiciones, Soult ordenó que desde Mérida su caballería acudiera con rapidez al lugar al mando de Latour-Maubourg con 3.000 efectivos, para situarla al flanco izquierdo de Mendizábal, una vez vadeado el Gévora, siempre con sumo sigilo y ante la despreocupación del mando español. El campamento aliado se vio envuelto y atacado por la caballería, al mismo tiempo que el mariscal Mortier ordenó a Girad avanzar con la infantería tras cruzar el Gévora.

La caballería Portuguesa sin el apoyo suficiente huyó hacia Elvas, quedándose desamparado y rodeado Mendizábal que formando dos cuadros, intentó resistir en vano la acometida francesa. En una hora cayeron, entre muertos y heridos, 800 españoles (entre ellos murió el brigadier de Gabriel) y 400 franceses. Las fuerzas de Soult hicieron 4.000 prisioneros, apoderándose de numerosas piezas de artillería y variado armamento. En la confusión de la batalla, solamente escasos efectivos consiguieron llegar al abrigo de la fortificación al frente de Mendizábal.

Esta batalla tuvo dos consecuencias muy graves. Una de ellas fue la pérdida de la plaza de Badajoz, tras la muerte del general Menacho. Otra, no menos importante, la práctica desaparición del único ejército operativo de Extremadura.

Antonio García Candelas        Sugerencias e impresiones

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